sábado, diciembre 11, 2004

Comprender

Cuando entiendes a alguien pueden quedar sentimientos como coraje o enojo, cundo comprendes a alguien solo puede quedar amor o compasión, porque solo se comprende cuando se ha vivido una situación y se ha superado.
Olaf

viernes, diciembre 10, 2004

Los árboles que están afuera de la casa están retoñando, cosa rara a finales de otoño, pero así es, los pequeños brotes salen de sus ramas y se ven verdes, quizá se deba al calor, quizá solo estén alegres por estar vivos.

Yo de repente estoy contento y otras meditativo, incluso triste podría decir, pero me queda la certeza de que cada día me acerco más a lo que realmente soy, tengo tristeza por dejar atrás cosas que pensé me eran útiles, pensamientos que alguna vez juré me servirían para el resto de mis días, miedo de dejar atrás actitudes que me han acompañado muchos años, miedo a enfrentarme a lo nuevo, pero atrás de ese miedo, de esa inseguridad, me veo feliz por haber elegido este camino, tranquilo porque aunque no sé que sigue sé que es bueno.

Agua

Te mueves con cadencia por entre las luces, tu ropa se ciñe a tu cuerpo como si fuera una segunda piel, te fundes con el agua que te rodea y te vuelves un millón, te tomo, te aspiro, te tengo dentro de mí, fluyes en mi y para mí.

Recuerdo cuando fumaba.

Recuerdo el sonido del agua, del viento contra la ventana, tengo mis manos calientes por el té, afuera el cielo plomizo se acerca peligrosamente al suelo, mi nariz tapada no me cuenta del olor, pero mi piel me cuenta de la presión, la ventana escurre lágrimas, y tu voz se esparce por la oficina, los bajos me golpean, se incrustan en mi y me gusta, el agua rápidamente sube, mi Vocho ya está flotando, es cierta la publicidad, es fría, espesa, curiosamente no tengo frío, y tu voz sigue fluyendo. . . . . las luces se apagan la mujeres gritan y yo sigo escribiendo, ahora el agua me llega a la cintura, ha dejado de ser fría y me envuelve con amor, tu voz se distorsiona por el agua pero sigues llegando a mí, mi computadora ha dejado de funcionar pero sigo las letras que aparecen en ésta hoja blanca, las mujeres hace mucho que huyeron, apenas logré distinguir un grito de “estás loco”, nunca las he entendido, he dejado de respirar, ahora el agua me cubre totalmente pero te escucho, abro mi boca y aspiro, ¿aspiro?, debería decir “agüiro”, por fin estas dentro de mí, ahora floto por la oficina mientras empieza el temblor, una ventana se ha roto y salgo por ahí, arriba, muy arriba, el cielo y el agua se funden en uno, en un violento abrazo de amor, se arañan, se muerden, justo como cuando no soportas mas el deseo y lo único que quieres es tener todo adentro, ser una boca y aspirar, ser una manta y abrazar, puede ser muy violento, nunca había visto olas por abajo en vivo, mis manos son azules, mis labios también, no necesito lentes y la ropa me pesa, sé que el agua es fría aunque no la sienta, me libero de mis ataduras y me hundo en la obscuridad mientras no tan arriba siguen haciendo el amor, los peces ya habitan el espacio, las algas crecen entre las paredes y puedo ver los restos de la oficina, por ahí hay un cuerpo, aterido, en un rincón, con los ojos abiertos y la mirada perdida, pobre, no supo que pasó.

Las verdes algas se mecen con tranquilidad y acarician lúgubremente mi piel, nunca me ha gustado, ahora menos, aún no sé si estoy muerto o solo medio vivo.

Lo que me gusta es que esto es lo más cercano a volar que he hecho en mi vida, ¿o estaré volando?, los árboles siguen ahí, sus ramas siguen con las hojas, no se oyen pájaros eso sí, pero no podría jurar que estoy en el agua, salvo quizás por esos peces enormes que ahora abren su boca como si me fueran a comer, je, comer, cosa curiosa, nunca había estado en un estómago, éste es todo un tragón, mi maestro de biología sería feliz aquí, recuerdo el Instituto y los experimentos.

No me gusta el estómago, tendré que salir pero no caeré en la bajeza de Jonás o peor aún en Pinocho, solo deseo salir y ver todo desde arriba, si, justo como lo hago ahora, no hay cielo, solo agua, un poco verde ahí, mas clara acá, nada flota, todo esta hundido en el fondo, los peces son felices, tanta carne, tantos huesos, todos blancos, ahora sí tengo frío.

¿Qué habrá sido?, ¿una bomba?, los malditos gringos, o los benditos árabes, de todas maneras éste mundo era una mierda, ahora ya no hay mierda, Juan y yo pensamos alguna vez que la caca llegaba hasta el ángel y que caminábamos y respirábamos ahí.

¿Y Juan?

¿Y mi abuelo?

¿Y Tere?

¿Qué habrá sido?

¿Olaf?

Si, ese era yo, ¿despierta?, ¿dormido?, ahhh, si, la gripa.