viernes, febrero 29, 2008

Hermano

Estoy cansado . . . mis ojos me pesan, la garganta me duele mucho, estoy triste y cansado, tan cansado que ni siquiera puedo llorar, tan triste que no puedo sentir mucho más allá de este dolor. . .

Los recuerdos se agolpan en todo el cuerpo, las preguntas que no necesitan ser respondidas, aquellas que sí lo serán independientemente de si deben o no, la maldita costumbre del mundo de seguir girando, la estúpida importancia que le damos a que siga girando, el anhelo de resguardar ciertos recuerdos, la necesidad de observar rasgos familiares, el dolor de lo que pienso debió de haber sido, la comprensión de que dichos pensamientos son mero ego, la lucha interna entre estos dos elementos. . .

Elements of fire.

Recuerdo cuando era mucho más joven y los largos juegos que sostuve con Gonzo, ayer toqué su cuerpo por última vez, ayer observé sus rasgos descompuestos por la durísima enfermedad y en ese rostro tan familiar y a la vez tan diferente a lo que recuerdo pude observar paz. . . quizá en el último momento Gonzo comprendió que esto es solo material, que no perdura, que ÉL continúa mucho más allá incluso de lo que fue en esta vida. . .
Llegaron los abrazos y fueron bienvenidos, los abrazos son amantes de las risas y las lágrimas y nadie siente celos, así, reímos un rato y lloramos a nuestra manera ya sea solos o acompañados.

El silencio también llegó y es un sabio acompañante, igual brinda consuelo que confronta.

Necesito el catalizador de la música para que se rompan las barreras y el gran golpe lo dan, como siempre, las guitarras. . .

Recurro a terceros para inundar mi cuerpo, mis manos me sudan . . .

Hay veces que el dolor se centra en la parte del estómago y no sube, se concentra y alimenta como un gran ente egoísta que quema las paredes que lo contiene pero no lo suficiente como para que estas se rompan, es una agonía y sin embargo pasa, le sucede una etapa mucho más dulce, una marea que igual es suave que violenta, se acerca a la playa y baña el corazón con un dolor casi imperceptible pero si uno presta atención lo puede distinguir, otras, arriba al corazón con la fuerza inmensa de un Tsunami y el aire falta, las paredes se acercan a uno y apenas se puede caminar . . . es en esta etapa cuando uno suele decir que ya no le duele o que nunca ha dejado de doler y es que la marea siempre está presente, lo que hay que aprender es a no mojarse los pies innecesariamente.

Tanta música que hace falta escuchar. . .tantos árboles que fueron Nuestros testigos, tantos lugares . . .y en el fondo de mi ser, incólume, hayo una sonrisa por el amor que nos brindamos. . . que así sea . . . que así quede. . .hermano, que tu viaje sea maravilloso.

viernes, febrero 22, 2008

Escuchar

Nada tiene sentido excepto el vaivén. . .no encuentro el camino, sé que doy vueltas y cada vez son más amplias, estoy tan cerca de la realidad que incluso la puedo observar moverse enfrente de mi, sin embargo no la puedo alcanzar, se estira cada vez que quiero entrar, la maldita expectativa de mi mismo, quiero parar la rueda, meter freno, dar un par de pasos hacia atrás y observar, sé que la respuesta está enfrente de mi y quizá de tanto que se me topa me he vuelto ciego a ella, miro al cielo como si ahí estuviera la ayuda, es un grito atorado en mi pecho y la tentación de perderme en lo más obscuro de mi es grande, dicha obscuridad la he habitado y me deja un amargo sabor y mi cuerpo adolorido. . . . . . . . . . . . . tengo los músculos tensos. . . siempre es bueno mirar el cielo, sentir el aire, escuchar el viento. . .

La respuesta tiene que estar cerca de mi, la respuesta debe de estar casi en mi piel, la respuesta debe de estar en mis oídos, el camino hacia ella lo he de haber cruzado más de un par de veces, es como cuando dejas de ir al bosque durante mucho tiempo, te cuesta trabajo reconocer esos pequeños detalles que llevan a casa, debo de abrir más los ojos, estar atento, escuchar con cuidado las verdaderas voces, debo abrir la boca y respirar . . .

¿Será que no he sido yo durante todo este tiempo? Y esta terrible pregunta resuena en mis oídos. . .

¿En qué bosques caminaré ahora?

No hay guerra ni paz solo tu voz llenando mis cielos. . . ¿en qué bosques caminaré ahora?, no hay sol ni luna, el firmamento es un manto negro impenetrable y a fuerza de tanto mirarlo tengo dos hoyos por ojos. . .¿en qué bosques caminaré ahora? legua tras legua de yermo paisaje, grises profundos sucumben a mis pies quedando solo un fino polvo que sube por mi cuerpo. . .¿en qué bosques caminaré ahora? sólo acierto continuar con la certeza de que en algún momento encontraré esos verdes imponentes y así pasa el tiempo sin medida, segundos o eones, no podría decirlo. . . ¿en qué bosques caminaré ahora?

Dos

Recuerdo el bosque, su fresco aroma, la hierba ceder a mis pasos, recuerdo el cielo azul y el frío viento mecer las altas copas de los árboles, recuerdo el Sol en mi piel y la carga en mi espalda, recuerdo el silencio ser roto por tu voz. . .

He caminado siglos enteros en tu cuerpo, he navegado en tus grandes mares, he sonreído con tus vientos. . .

Recuerdo tu fragancia por encima de todo . . .

Uno

Sólo queda en mi cuerpo tu ausencia que duele en cada poro de mi piel, mi corazón lleno de tus caricias y mi mente que me vuelve loco con tu sonrisa . .
La lluvia cubre el auto y la carretera se extiende infinita en una línea recta. . .
Vuelo concentrado en lo que pasa casi de manera inmediata. . .
Cierro los ojos por un momento, justo cuando la lluvia arrecia, estoy envuelto en la música y así prosigo mi camino, sé que te encontraré sonriendo, seguro de que brillaras en la obscuridad, escucho tu voz entre la lluvia y te sigo, sólo acierto a sonreír mientras piso el acelerador a fondo, tus brazos, tu piel . . voy contigo.

jueves, febrero 14, 2008

Aniversario

El día de ayer acudí a una fondita que ese día cumplía 15 años de dar servicio, el lugar no es la gran cosa, de hecho no parecía que tuviera 15 años, pero las apariencias engañan, el restorancito estaba adornado con globos rojos y prácticamente me quedé porque las tortillas son hechas a mano, eso si estaba rico.

Esperé unos minutos y me senté, no hay nada excepcional en el menú de comida, lo que me llamó la atención fue el ofrecimiento del mesero que es el hijo de la dueña, por cierto, no me hizo el ofrecimiento a mi, seguro por mi cara de fuereño.

Se acercó a una mesa de clientes asiduos y les dijo, les recomiendo el agua de horchata, así?? porqué?? preguntaron los comensales, es que tiene mezcal del bueno, ¡pues traéme una!!

Así empezaron, observando, me di cuenta de que en la mesa de al lado otros oficinistas sacaban de debajo de la mesa una botella de tequila, el mesero antes mencionado, feliz les llevó unos caballitos "aunque sea de plástico", en otra mesa por allá, otro sacó otra bolsita con algún contenido de dudosa procedencia.

Ahora sé porque la fondita lleva 15 años.