Hay cosas realmente hermosas en el día a día, hoy venía en el coche y al dar la vuelta a la derecha vi un cielo nublado, bajo, de esos que parece que puedes tocar, las nubes parejas, grises, un gris hermoso y abajo una fila de árboles verdes verdes, todo esto en una ancha avenida.

¿Soy feliz?

Y recuerdo lo que dijo Bodhi: "La felicidad no es un estado permanente", si, soy feliz la mayor parte del tiempo.

¿Y en los momentos de silencio?

También, incluso en los momentos de silencio la mayor parte del tiempo soy feliz.

Son estos pinches momentos. . . pongo música y me activo como para evitar que el sentimiento crezca en el centro de mi pecho.

Es el síndrome del domingo, es eso. . .

. . . soy un rayo sin su trueno o la lluvia sin la nube, un árbol sin tierra, la sonrisa sin la risa, soy el grito sin sonido, el llanto sin lágrimas, estoy triste. . .

AP

La conocí el domingo en una fiesta, ella de 22 y yo de 35, hicimos el amor lunes, martes, miércoles, jueves y viernes, me presentó a sus tías, fui con ella a la Universidad, me acompañó a cuestiones de trabajo y cada que podía hablaba con ella, conoció a TH y a mis hijos, el viernes en el club, después de hacer el amor me pidió la llevara a su casa, pedí el vocho rojo al valet, nos bien nos subimos me dijo: "Te dejo antes de que mi piel se acostumbre a tu piel y mi cuerpo reclame el tuyo" me lo dijo sonriendo pero con lágrimas en los ojos, yo le pedí, supliqué, imploré nos siguiéramos viendo y ella accedió a vernos un día a la semana, había tránsito de camino a su casa, ofreció pagar el hotel la próxima vez, "el dinero no ha sido ni será problema" me dijo con una seguridad apabullante, durante el camino hablamos de mil cosas y reímos, la dejé en su casa, pasé a la mía, dejé el vocho y tomé el coche con las sillas de los niños, fui con TH y los chavos. . . No sé si nos volveremos a encontrar pero esa semana fue una de las mejores de mi vida . . . ese día desperté muy temprano y no volví a conciliar el sueño.

Navego por entre el inmenso mar, a veces tranquilo otras violento, pero siempre lo había hecho confiado en las estrellas, en que mi habilidad me sacaría adelante o que moriría con todo en la línea, así las millas, los cientos de días, las innumerables olas, gigantes, pequeñas, suaves . . . las estrellas generalmente en lo alto o siempre, aún en las tormentas más violentas, tenía algún punto de referencia que guiara mi accionar, hoy estoy en un mar en calma, lejos, muy lejos de aquellas aguas en las cuales me gustaría estar en este momento y siento que no hay nada que sepa o pueda hacer para aligerar el trabajo, este estadío es particularmente difícil para mi, estar pero no estar, hacer pero no hacer, contemplar, orar, seguro de que incluso esto que hago sirve, ayuda para que la tormenta sea mucho más llevadera, pero la calma no es llevadera para mi, me vuelve loco, quiero remar, soplar, gritar, lo que sea para que esta nave avance rápida hacia donde en este momento me necesitan o según yo me necesitan y ese es otro cantar.

Y me digo una y otra vez que esa no es mi tormenta, esa no es mi nave y yo no mando ahí, a fuerza de repetirlo siento un poco de tranquilidad, hasta que las velas se hinchan un poco y mis obscuros pensamientos vuelven, vaya, ni siquiera estoy seguro de haya tormenta, quizá la nave encuentre mares calmos y suaves, pero quizá mi intuición, mis años en el mar no se equivoquen y aquí vamos de nuevo, la ola inmensa me arrastra hasta lo más profundo del mar y yo apenas puedo salir a respirar más a fuerza de meditación que de esfuerzo físico y los días se suceden y la calma continua, las estrellas no me dicen nada, el mar tampoco y habrá que esperar paciente o volverse loco en el intento.

El mar puede ser tan solitario como uno desee.

Observo pasar los besos presurosos detrás de la ventana, se ven felices en parvada, hay besos solitarios que de repente se apoyan en el hombro como si fueran pericos piratas, pero ellos susurran palabras ininteligibles que igual hacen reír que llorar.
Otros son como palomas mensajeras pero éstos se estrellan contra tu cuerpo de manera por demás desordenada, a veces chocan contra la boca, pero igual puede ser la mano o el pecho o un brazo o la cabeza, es un tanto doloroso cuando lo hacen en la oreja, sobre todo si el mensaje que traían era un beso tronado, estos besos son un desastre, los amo.
Dicen que tiempo ha se podían ver manadas de abrazos pastando en este enorme valle, ahora tienes suerte si puedes ver uno real, lo que pasa es que hay falsedad disfrazada de abrazos y las nuevas generaciones tristemente piensan que eso es un abrazo. . . yo tuve la fortuna de ver uno, él no me había visto y caminaba directo hacia mi, decidí quedarme completamente quieto, en una de esas pensaba que era un abedul joven, se siguió acercando hacia mi, cuando se dio cuenta de que era un hombre resopló desconfiando (los abrazos fueron expulsados de sus territorios nativos) pero su instinto pudo más y tocó mi piel, nos fundimos, fue maravilloso.
También había caricias en el valle, cruzaban en manadas extraordinarias y no se paraban con nada, así que cuando había estampida Nuestros Ancestros corrían hacía ellas y salían a veces desnudos o con la ropa hecha jirones pero felices, ahora las caricias están confinadas en pequeñas jaulas y no se les permite juntarse.
La exclusividad ha causado estragos entre todos estos hermosos animales, ni siquiera puedo hablar del amor, pastura de cada uno de ellos.

Cumpleaños

Hoy cumplo 35 años y estoy feliz, emocionado, inmerso en un sentimiento enorme y profundo que me lleva a reflexionar sobre el año que terminó ayer y por lo que he hecho durante mi vida, puedo decir que he avanzado mucho y eso me llena de alegría y orgullo, falta mucho por aprender y aplicar, quiero ser mejor padre y mejor esposo, me doy cuenta del daño que he causado y no lo quiero volver a hacer, a veces parece tan difícil, pero en realidad creo que la clave está en dar dos pasos para atrás para poder ver el panorama completo.

También hay esperanza, la vida continúa y es maravilloso, el Sol es hermoso y el viento corre por el azul inmenso llevándome a territorios desconocidos, amo eso.

El año que recién terminó estuvo lleno de aprendizaje, duro pero no por eso dejó de ser amable, creo que la vida puede tomarse de muchas maneras y aunque en algunos momentos no hay más remedio que aceptar que se está pasando por un momento difícil, el sólo hecho de permitirnos pensar que puede verse desde otra perspectiva aligera la carga, lo cierto es que las subidas se disfrutan más cuando uno llega a la cima y así, ayer llegué a la cima del año que termina y pude observar el camino recorrido y sonreí.

Mi vida muestra tímida el camino a recorrer y a la distancia puedo observar lugares por los cuáles puedo o no pasar y sonrío, seguro estando ahí podré ver con más claridad y tomar la decisión correcta.

En el ínter quiero dar las gracias por tanto amor, paciencia y respaldo.

¡Venga!

Que descansamos sólo un poco para después seguir andando :D