martes, febrero 09, 2010

Enseñanzas

Las grandes enseñanzas a veces no pueden ser aplicadas en aquellos que fueron Nuestros mentores y eso, en este momento, me duele intensamente.

Es un acto de amor incondicional el enseñar algo a sabiendas de que uno no se verá beneficiado por dicho aprendizaje y me refiero a las lecciones de vida.

Así, mi Abuelo me enseñó con su muerte a estar cerca de las personas amadas, yo no estuve a su lado cuando murió, llegué minutos después, pero estuve tan cerca como pude de Hugo y de Doña Tere.

Estas enseñanzas pueden ser tan dolorosas que cueste trabajo indentificarlas como tales, el dolor suele dejar un manto sobre de ellas y habitualmente huyen a Nuestra comprensión.

Hoy me doy cuenta de que quizá una nueva enseñanza se esté gestando, en la que soy discípulo y mentor al mismo tiempo y me cuesta trabajo no abrumarme por el dolor, pero voy caminando.

jueves, febrero 04, 2010

Es un mar blanco intenso, es la vastedad en pleno,
son olas gigantes y días de mar muerto,
es todo y es nada,
es todo junto y el vacío entero. . .

Es volar en días de lluvia y trueno
es dejarse sostenido en las manos de Dios
es cerrar los ojos y seguir volando
es dejarse caer en picada y abrir los ojos justo a tiempo . . .

Es reír y llorar al mismo tiempo . . .

Es esperanza
es la maldita certeza de que no hay esperanza . . .

Es una decisión por tomar
el dolor de entender que ésta ya ha sido tomada . . .

Es abrir la puerta y sentir el calor del hogar,
las risas cristalinas, las presencias menudas,
es sentarse a la mesa y empezar a llorar
por estos momentos que jamás volverán. . .

Es caminar otros caminos
observando siempre el que hasta ayer fue el mío . . .

Otros caminos diferentes al mío
otros caminos por andar
otros paisajes, otros árboles, otro aire, otro mundo.

Voy caminando lento
enjuago mis lágrimas
y al viajero le digo "Vengo llegando"

martes, febrero 02, 2010

San Pafnuncio

Bien, resulta que nos robaron el coche el 14 de enero bajo circunstancias harto sospechosas, así nomás desapareció, un coche muy bonito, muy cuidadito y muy querido.

Mi mamá me dijo: "Rézale a San Pafnuncio, es re bueno para las cosas perdidas" mi mente geminiana luego luego objetó, "esto no se perdio, se lo robaron" pero decidí seguir el consejo.

Así que le prendí una veladora y agradecí porque el coche lo recuperaría, tres semanas después lo encontraron prácticamente intacto, sin las sillas de los chavos y los artículos que uno suelo dejar ahí, manos libres, herramienta, un paraguas, un tapete de yoga . . . estos ladrones dejaron tres libros de mis hijos (gracias San Pafnuncio porque esos ya no se pueden conseguir).

Ahora sé que a este Santo hay que medio chantajearlo, hay que rezarle la mitad en principio y el resto una vez que haga el milagrito, pues como yo no sabía le recé todo de un jalón y según los testimonios de un montón de gente si le hubiese rezado la mitad seguro habría aparecido completito, bien, pues si alguien pierde algo que le quede de experiencia.

El domingo fuimos a su Iglesia a dar las gracias y yo cumplo con mi parte y lo pongo en mi blog.

Gracias, gracias, gracias :D