miércoles, septiembre 07, 2011

La Rebelión de las Mansas

a primera vez que escuché a Anilú Elías fue con Martha Debayle, hablaba de la violencia contra las mujeres, su programa fue terriblemente esclarecedor.
Debido a un comentario mío y al buen seguimiendo del programa de Martha, Anilú recibió mi correo electrónico y así iniciamos una deliciosa y respetuosa amistad, desde el primer momento me sentí inmensamente halagado por el hecho de que una MUJER de la talla de Anilú se tomara el tiempo de leerme y contestarme, ella piensa, amablemente, amorosamente que yo soy un buen hombre.
Mientras leía a Anilú en Nuestros correos tenía la sospecha de que el conocimiento de esta Mujer por la violencia contra las mujeres era vasto, ella conoce datos duros, específicos nacionales y extrajeros de lo que el hombre hace contra las mujeres, yo pensé que había cierto avance, ella lo reconoce y aún así, aún con todo eso; lo que los hombres hacemos contra las mujeres es terrible, es grosero, es violento en extremo.
No obstante todo éste conocimiento Anilú es una mujer amable, amorosa, llena de vida, de sonrisas.
Hoy acudí a la presentación de su libro: "La Rebelión de las Mansas" y la conocí en persona, nos abrazamos, yo le dí un beso y me perdí en ella.
De regreso a casa le comenté a Tere Hermosa: Tengo miedo de leer este libro.
Y si, hay de que tener miedo.
Pero darle la espalda a ésto no ayuda en nada, lo digo llorando, lo digo con un profundo dolor en el pecho, yo soy HOMBRE y como género me siento avergonzado de lo que mis congéneres han hecho y siguen haciendo en contra de las mujeres.
Gracias Anilú por tus palabras, por la franqueza, por enseñarme a ser un mejor hombre.

martes, septiembre 06, 2011

El fantasma

Este maldito fantasma se aparece de la nada y sin previo aviso, puedo estar tranquilamente haciendo cualquier cosa y de repente llega, sospecho que me acecha con mucho cuidado, sospecho que me conoce incluso mucho más de lo que yo me conozco.
Cuando llega mi corazón se hace pequeño, mis manos temblorosas me guían a lugares que hace mucho dejaron de ser placenteros, absolutamente todo lo veo difuminado y gris.
Mi primer impulso es ahogarme en una vorágine de dolor, sé cómo, sé en dónde. . .
Me ayuda el hacer ejercicio, pero justo hoy, justo en este momento no puedo hacerlo.