Seguir

Que mis manos sigan a mis palabras, que mis actos te despierten aún más de lo que mis palabras puedan hacer, de otra manera esto es letra muerta, seré un vago recuerdo en tu piel

Ojos

Y al final lo que observo en tus ojos es el reflejo de lo mejor de mi hoy, de mi sombra mañana, como sea, quiero que tus ojos me desnuden hoy por la noche y mañana y el día de mañana.

Control

El soltar el control se ha convertido en un ejercico cotidiano, observar lo que siento/pienso y hoy sé que detrás de la mayoría de mis pensamientos hay un necesidad de controlar enorme y detrás de éste hay miedo, falta de confianza en la vida/dios/universo o como Usted acostumbre llamarle. Pues bien, practicando la confianza.

Agua

Encontrar la temperatura ideal del agua para bañarme es casi mágico y cuando lo hago suelo cerrar los ojos y perderme en la sensación de un abrazo total, del agua acariciar mi piel entera, del calor envolviéndome . . . Amo sentirme tan presente en mi mismo, ese abrazo líquido me trae de vuelta a la tierra con suavidad, amorosa e inexorablemente

El origen

¿Cuál es el origen de nuestro encuentro? ¿Qué es lo que nos mantiene unidos? ¿Escuchas de fondo el genuino sentimiento? Creo que si es amor estamos en el camino correcto y si son Nuestros miedos, en algún lugar equivocamos nuestros pasos.

Lunas llenas

Me susurró al oído la última vez que estuvimos juntos: "Nos veremos en tus lunas llenas" y desapareció de todo menos de mi piel. Hoy es luna llena y sé de cierto que no hay jaula que me contenga, sólo la voluntad de no acudir a su encuentro, la voluntad, fina, delgada, casi inexistente. Corro por el bosque y percibo su aroma por doquier, elijo caminos que me alejen de su rastro, estoy mareado, furioso conmigo mismo . . .

Lo efímero y las expectativas.

Vi una telaraña e imaginé una constelación, sentí la obscuridad e imaginé todos mis miedos, sentí un día claro e imaginé todo un verano…hoy observo una mariposa blanca y es sólo una mariposa blanca.

Del camino

Cuando se transita por el mundo interior no hay refugio alguno que me libre de mis sombras, miedos y realidades más obscuras, habitar con mis propios monstruos es siempre terrible, la diferencia hoy es que los veo claramente y no se desvanecen como la teoría lo indica. Sus afiladas garras me sujetan con dureza, con determinación, me falta el aire, me debilita, me hace flaquear. Y la tentación de recurrir a lo que sea para no contactarlo es terriblemente grande. Mierda . . . mil y un veces mierda, hoy añoro la ignorancia.

Sed

Es la falta de agua lo que me provoca el espejismo, la imagen trémula se muestra seductora y mi mente me grita muy de cerca que es real, mi cuerpo me impulsa a por ella y elijo hacer un esfuerzo para observar con detenimiento . . . pero ¿Cómo hacerlo si muero de sed? ¿O es que creo que muero de sed?
Estoy confundido después de ésta larga caminata.
Planto con firmeza mis pies en lo que creo es una fina arena y me concentro para observar el hermoso espejismo. . . observo los detalles . . . el seductor movimiento, la sensual invitación a seguirla quién sabe a dónde, quién sabe cuánto tiempo . . . respiro profundamente y sonrío.
Observo con más detenimiento y entonces puedo ver a través de ella . . . y encuentro el camino y mis pies siguen a mis ojos . . . hasta que la punzada de la sed me arrastre nuevamente hacia ese hermoso sueño.

Hablando de la muerte

Desde hace un tiempo hablar de muerte se ha convertido en algo frecuente y ha sido raro, un recordatorio de la temporalidad de éste tránsito.
Las personas van y vienen, siempre lo han hecho; todo, absolutamente todo va y viene, sólo es cuestión de observar los lapsos, estoy acostumbrado a lapsos largos 75, 90 años.
Nada comparado con el lapso de la tierra, una eternidad comparado con el lapso de una mariposa.
Pero todo lo natural que conozco es frágil, basta un segundo, la suma de algunas situaciones y entonces, no importa el lapso promedio o previsto, todo acaba.
Lo maravilloso es que no acaba, sólo hace una pausa y después cambia, evoluciona y se reintegra al ciclo.
Quizá sea el frío o el invitante Sol de afuera.

Tu piel me reclama, a veces suaves la mayoría violenta,
no hay manera de que mis brazos no busquen tu cuerpo y mis oídos tu voz,
eres mi sirena y mi faro, el buque y la ola, el viento que hincha mis velas, la tormenta misma.

Te siento en lo más profundo de mi y sólo dos milímetros por encima de mi piel,
he intentado sacarte de mi y sé que es como arrancarme los huesos.

Revuelvo mi música buscando tu piel, tu aroma y la explosión que provocas en el centro de mi pecho, no hay nada amada mía, absolutamente nada que pueda acercarse a la magnificencia de tu ser . . .

Y aún con eso yo me voy de ti, me llevo mi piel a rastras, sé que jamás estaré completo, tu tienes más de la mitad de mi corazón.