En lo profundo del bosque, en aquellos
lugares en los que sólo sus más antiguos y sabios habitantes caminan, se
escucha cómo cada gota de agua golpea el suelo, se puede escuchar cómo cada árbol,
cada rama, cada hoja crece y venera al Sol.
En lo escarpado de las montañas,
cubiertas por la densa vegetación se escucha como el viento canta entre las
copas, se escucha el crujido de los árboles al mecerse al compás del viento.
El Bosque es un lugar salvaje, inhóspito
y amoroso al mismo tiempo, rudo y tremendamente tierno.
Bajo la cúpula del bosque lloro, aterido
y temeroso.
Bajo su manto verde y frondoso me
alimento, me fortalezco
En el correr de los ríos fríos y salvajes
tomo el aliento necesario para volar
Sus vientos empujan mis alas hacia el
profundo cielo azul
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